Depresión: una Perspectiva desde el psicoanálisis - Perspectiva Sur
Depresión: una Perspectiva desde el psicoanálisis

Un artículo sobre la depresión escrito por el equipo de Perspectiva Sur.

La depresión es un fenómeno psicológico complejo que afecta a millones de personas en todo el mundo. Si bien es un término que viene de la psiquiatría y remite a la descripción de un conjunto de signos y de síntomas, el psicoanálisis también aporta elementos para entender y tratar dicho cuadro clínico. En este artículo exploraremos qué es la depresión, a quiénes afecta, si tiene cura y cómo se aborda en el contexto terapéutico del psicoanálisis.

¿Qué es la depresión?

La depresión es un cuadro clínico caracterizado, esencialmente, por la persistencia de un estado de ánimo de tristeza o apatía, o la pérdida general del interés o del sentimiento de placer. Si bien existe cierto consenso de que se requieren al menos dos semanas de dicho estado para pensar en un cuadro depresivo, lo cierto es que una adecuada evaluación deberá contemplar una multiplicidad de otros factores que podrían estar provocando dicha sintomatología. Es decir, no toda tristeza o anhedonia persistente es sinónimo de depresión. Del mismo modo, hay veces en las que las depresiones no se manifiestan de esta manera sino con otros síntomas, como insomnio, irritabilidad, fatiga, dificultad para realizar tareas cotidianas, etc.

Ahora bien, más allá de la mera descripción de los síntomas, ¿cuál es la causa de la depresión? En el campo de la psicología y del psicoanálisis, no es posible pensar en una única variable que responda dicha pregunta. Los problemas complejos tienen orígenes complejos. 

En un tratamiento psicoanalítico, se trabaja junto con el paciente para encontrar las causas particulares y únicas de su cuadro depresivo, teniendo en cuenta las variables subjetivas que participan en dicho sufrimiento. En este punto, no es lo mismo quien presenta un cuadro depresivo reactivo a un duelo por una pérdida significativa, que aquel que sufre una depresión por un cuadro de bipolaridad, o por un déficit en la constitución de su narcisismo.

Es por ello que el psicoanálisis nos permite complejizar la lectura de los síntomas. Nos propone ir más allá de la dimensión descriptiva para adentrarse en las determinaciones particulares que participan en el sufrimiento subjetivo. 

¿A quiénes afecta la depresión?

La depresión, como la mayoría de los síntomas en el campo de la salud mental, puede afectar a personas de todas las edades, géneros y clases sociales. Intervienen factores socioambientales, genéticos, familiares y laborales, como así también las contingencias y eventualidades que ocurren en la vida de las personas.

Es decir, cualquiera puede padecer un cuadro depresivo, y su aparición está ligada a muchos factores que pueden desencadenarla. Es importante prestar atención al surgimiento de síntomas para poder enfrentar con la mayor celeridad posible el tratamiento.

¿La depresión tiene cura?

Sí, la depresión tiene cura. Sin embargo, no es posible aventurar una respuesta universal para todas las personas, porque cada depresión está compuesta por factores diversos. 

Nuestra experiencia clínica nos demuestra que la mayoría de los cuadros depresivos se curan con tratamiento. A veces es suficiente con una psicoterapia de mayor frecuencia, y en otros casos también se puede sugerir acompañar el proceso psicoterapéutico con medicación específica para la depresión. Sólo en casos excepcionales y muy complejos, donde priman cuadros de melancolía, más que pensar en una cura se piensa en el tratamiento de una enfermedad crónica. Pero incluso en esos casos, el psicoanálisis ha demostrado ser eficaz para atenuar la sintomatología y aliviar el sufrimiento.

¿Cómo se trabaja la depresión en la terapia psicológica?

En primer lugar, es necesario para quien sufre de depresión lograr construir con su terapeuta un vínculo de confianza, respeto y cercanía que le permita depositar en dicha transferencia el enorme peso del sufrimiento que acarrea desde hace tiempo. 

A veces, por el mismo cuadro clínico -no olvidemos que suele estar caracterizado por la falta de interés, desesperanza, anhedonia- se le dificulta al paciente lograr dicho cometido. Por ello, muchas veces es necesario que el terapeuta adopte una posición muy activa, generalmente contraria a la que se adopta en otros casos, en los cuales se favorezca la construcción de un vínculo de sostén. 

Luego, una vez que la transferencia se haya afianzado, el trabajo con el paciente proseguirá en la búsqueda paulatina de las determinaciones inconscientes de su padecimiento. Pero eso sucede una vez que se hayan establecido las condiciones necesarias. Sería un error técnico, indudablemente, proponer la asociación libre a un paciente que apenas tiene energías para asistir a su sesión.

Conclusión

En resumen, la depresión desde la perspectiva del psicoanálisis es una entidad compleja y multideterminada que responde a una causalidad particular e intransferible propia de la constitución subjetiva de cada persona.

Por ello, la terapia psicoanalítica no se detiene solamente en la exploración superficial de los síntomas, sino que se orienta hacia comprender las raíces particulares de la depresión en cada persona, para lograr un cambio psíquico significativo. 

En la mayoría de los casos dicho cambio se produce en un tratamiento psicoterapéutico de alta frecuencia, siendo a veces necesario recurrir a una intervención farmacológica. En los casos más complejos, como las melancolías, si bien no se puede hablar estrictamente de una cura, el psicoanálisis ha demostrado ser eficaz para el alivio del sufrimiento.

Es muy importante prestar atención a la aparición de los síntomas, como insomnio, irritabilidad, fatiga, dificultad para realizar tareas cotidianas, para acudir a un terapeuta y comenzar el tratamiento con la mayor antelación posible.